¿Os he contado ya que en la Academia-Jedi hay obsesión por los
dinosaurios? Tanto es así, que estas pasadas navidades, cuando nos planteamos pasar unos días fuera y recibir el año nuevo con una escapada en familia, una de las opciones que barajamos fue la de meternos unos cientos de kilómetros en el coche y plantarnos en
Teruel. Puede que como a mí, a muchos no os sonara esta zona como rica en
excavaciones y
restos fósiles, pero la verdad es que ha sido todo un descubrimiento. Han sido tan solo unos días, pero ya solo por visitar pueblos como
Albarracín o
Galve y su pequeñito —y maravilloso—
museo paleontológico, ya merecía la pena el viaje.
Hubo tiempo en el trayecto para hacer parada improvisada y conocer la ciudad de
Cuenca. El viaje es largo, pero recorrer la ciudad en el
trenecito turístico es ir sobre seguro para que
Luke y
Leia lo llevaran bien y acabáramos todos encantados con las vistas y las
Casas Colgadas. Luego ya de noche llegamos hasta nuestro destino,
Albarracín, y nada más pasear por sus cuestas y ver su plaza, decidimos inmediatamente que era el sitio perfecto para celebrar las
campanadas y la entrada de año, allí mismo. De los pueblos más bonitos que he podido visitar. Pero el
plato fuerte del programa era la visita a
Dinópolis, el parque temático de dinosaurios de Teruel.
Tras la vuelta a la Academia-Jedi, si le preguntáis al pequeño protopaleontólogo
Luke, os contestará que lo que más le gustó de la escapada fue el
Museo Paleontológico de Teruel, dentro del parque de
Dinópolis (y la película
4D qué vimos juntos). Y la verdad es que merece la pena, tienen grandes piezas tanto originales como reconstrucciones, y dioramas. El mundo marino, el enorme
Turiasaurus Riodevensis es espectacular, y el
Tiranosaurio Rex es flipante.
Una muestra de que
Luke –y los demás– disfrutó de la experiencia como nunca es que quería que le sacara
fotos con casi cada pieza del museo. Algo inusual, ya que normalmente no le gusta que le fotografiemos ni posar para la cámara. No sé cuántas fotos hice. Un espacio realmente fotogénico, y con los peques asombrados en cada sala y con cada figura. Una visita educativa muy recomendable, aparte del día de actividades y diversión que supone la visita a
Dinopolis.
Cuenca, Albarracín, el museo de Galve, los dinosaurios de Dinópolis... Una
experiencia fantástica para empezar bien el año. Tanto, que los
padawanes están empeñados en que volvamos el año que viene! 😅
¡Que la Fuerza os acompañe!
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Cómo mola!!!! El pollo también estuvo allí hacer un año. Y lo paso muy bien. Falto yo por conocerlo.
ResponderEliminarPues sí que mola. Los peques lo fliparon, pero a mí me encanto también! 😉
EliminarA nosotros nos falta por ver un par de esos pequeños museos, el de Galve es uno de ello. Pero vale la pena. Claro que a mi me pilla más cerca.
ResponderEliminarSi que merece la pena. El resto de centros de Donopolis y museos estaban cerrados, quizás en otra ocasión. 😉
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