Una de las preguntas que siempre aparecen en entrevistas o cuestionarios sobre el
mundo bloguero cuando hay un
padre de por medio, es acerca de las
diferencias que hay entre lo
blogs de madres y los
blogs de padres. Es muy socorrido responder que los hombres aportamos nuestro particular
punto de vista, que hacemos mucha menos promoción de
productos –las marcas siguen
ignorándonos–, y que solemos recurrir más a menudo al
humor.
Puede que sea verdad, pero no creo que se queden ahí las diferencias. En un evento comenté que en los
blogs de papás no solíamos hablar nunca de
sexo. Y a veces he leído que muchos nos centramos más en el
ocio con nuestros peques, viajes, juegos, actividades. También que usamos nuestros blogs para hablar de educación, de salud, de igualdad, de
feminismo... Pero la diferencia no es tanto sobre lo que escribimos sino en
lo que falta. Y no dejo de advertir una leve
pauta en todo esto. Y no sé si identificarlo como una especie de
micromachismo...
Estoy rodeado de padres. Veo a otros
hombres, amigos y conocidos, a otros papás en el trabajo, en la puerta del cole y en los parques. Son
cariñosos con sus hijas e hijos, los cuidan, los protegen, los crían, los educan. Cada uno
a su manera. Cada uno hacemos lo que podemos. Puede que yo no esté de acuerdo con las ideas y los valores de alguno, o con su forma de ver la vida y educar. Pero ni soy quién para juzgar u opinar, ni pongo en duda el amor y el
compromiso que tienen con sus hijos. No somos distintos. Y son muchos, son
legión.
Lo que sí me resulta chocante es lo mismo que ocurre con los blogs de paternidad. Y ahí es donde creo detectar esa sombra de
micromachismo. Los hombres
no hablamos de crianza. Me refiero a hablar entre nosotros. Es difícil coincidir en una charla entre hombres y comentar estos temas, o simplemente hablar de
crianza y
paternidad. A los padres nos cuesta hablar de los cuidados, del cariño, del día a día con nuestras criaturas, o de los miedos y dudas. ¿Por qué no lo hacemos? ¿No nos interesa, no nos sale, no estamos acostumbrados? ¿Es parte de la
carga mental que aún no tenemos instalada y asimilada, como nos contaba hace poco el amigo
Carlos? ¿Nos sentimos extraños hablando de
cuidados y cariño?
¿No es masculino?
Imagino que si un
hombre lee un blog como el mío, es porque le interesan
temas de crianza. Pero luego en el trabajo, en la cafetería, en el parque, en las redes sociales, los hombres
no hablamos de estas cosas. No digo que siempre sea así, pero si charlamos sobre nuestros hijos, seguramente será sobre los
juegos o las películas que les gustan, el cole y las actividades a las que les hemos apuntado o los álbumes de cromos. Con el tiempo, entre los
amigos blogueros que hemos ido haciendo lazos más estrechos y compartimos algún chat, sí que hablamos de nuestras criaturas y de
nosotros, nuestras alegrías, agobios y dudas, de momentos tiernos y de
sentimientos. Y es un apoyo y un acompañamiento único. Pero fuera de esos pequeños círculos la cosa cambia. Fuera,
los hombres no hablamos.
Yo llevo casi siete años hablando de
crianza en este blog, mi ventana. He intentado dar visibilidad a la paternidad, a
mi paternidad. Que será más o menos consciente e involucrada, pero es de la única que puedo hablar. Tampoco quiero caer en el
ombliguismo paternal, como dice mi amigo
Carles. Luego pienso, veo, leo y escucho, y
no somos distintos ni especiales. Veo a otros padres, todos cuidan a sus hijas e hijos. E imagino a alguno leyendo este blog o el de otros compañeros de
Papás Blogueros, y pensando
"menuda tontería",
"si eso es lo normal",
"también me ha pasado y no es para tanto",
"este cretino se cree que ha inventao la rueda"... No todos pensarán así, pero no puedo dejar de imaginarlo. Y tampoco faltarán los que piensen
"nenaza",
"menudo calzonazos", o
"habla por ti"... En fin.
#NotAllMen.
Yo solo puedo hablar desde
mi ventana. Y no puedo esperar que nada cambie ahí fuera. El cambio es
individual, y de ahí que piense e insista en la necesidad de
visibilizar. Hablar es liberador,
sanador, y te abre los ojos y la vida a temas importantes. Una vez abierta esta ventana, hace tiempo que dejé de sentirme "
el raro". Al contrario, lo que encuentro extraño es que nos cueste tanto hablar de
sentimientos. O incluso sentir que las conversaciones sobre cariño y cuidados no se desarrollen de forma natural, no fluyan. Porque si cada niño es un mundo, cada padre es otro. Y cada uno tiene
su mochila.
Como contesté en una pequeña entrevista hace poco, la
paternidad es una construcción cultural, y como género
los padres hombres hemos estado agarrándonos a la
excusa biológica y la educación heredada del sistema para
escurrir el bulto durante generaciones. Y una de las taras que llevamos en la mochila es la excusa de la
masculinidad para no poner a los hijos e hijas en el centro de nuestras vidas, y asumir y hablar libremente de sentimientos, de cuidar y de criar, de mostrar cariño y
amor. Cada uno se plantea y vive su propia paternidad
como puede. Ninguno podemos ser la madre o el padre perfectos, pero sí podemos
mejorar en los aspectos que cada uno necesite. Y para eso es esencial ser consciente, aprender, educarse y educar, compartirlo y expresarlo de forma natural y abierta. Dejarse de excusas.
Hablarlo.
Quizás por todas estas vueltas que le doy al mundo de los blogs, la paternidad y la
masculinidad, sigo reivindicando mi derecho a ser
#PapáÑoño. Y a contarlo.
¡Que la Fuerza os acompañe!
Suscríbete
Siete añazos de mérito, querido, por mantener este santo lugar, fresco, reflexivo y siempre interesante, donde un día tras otro nos cuelas tantas y tantas cosas que nos hacen darle al coco y al corazón. Una y otra vez me das la razón y te empeñas en demostrarnos por qué si alguien necesita o quiere informarse sobre paternidad consciente, me sea imprescindible remitirle a "laparejitadegolpe.com".
ResponderEliminarNo sé cómo lo haces. No sé cuál es tu secreto, tío... Pero brindo porque la fuente no se agote nunca, porque es oro lo que brota de ella. ;)
Moskis, Sem, me alagas y me emocionas. Qué suerte tengo que tener a gente como tú a mi lado ;)
EliminarPues yo creo que soy bastante ñoño jajajaja pero es cierto cuando estoy por ahí con amigos, con pocos puedo hablar de la crianza de los hijos.
ResponderEliminarNos pasa a todos. Y aun que seamos padres, esos temas no 'nos salen'... Una pena.
EliminarHombre! Muchas gracias por la mención, por el pingback, por el anchor... Jejeje, pero sobretodo, muchas gracias por el post. Creo que es una reflexión muy acertada y siempre es bueno detectar posibles micromachismos para analizarlos y, si se puede, evitarlos. En este caso, según te leía, pensaba en un post que tengo a medias que creo que se enriquecerá tras esta lectura... No digo más, "próximamente en sus pantallas" ;-). Saludos majo!
ResponderEliminarGracias a ti. Muchas veces nos retroalimentamos, sobre todo si coincidimos en ideas y estilos de vida y de paternidad.
EliminarDeseando leerte en ese y en los post que vengan ;)
Bueno a la sociedad le cuesta los cambios. Ver a un hombre criar a sus hijos no era lo "normalmente" aceptado. Lo mejor es que todo cambia y evoluciona. Yo veo que mi marido con su amigo si habla de sus dudas y temores sobre sus hijas. Aunque les cuesta expresar sus sentimientos, es raro ya que parece que a nosotras nos cuesta menos.
ResponderEliminarA ver si poco a poco esa igualdad en la crianza se hace más efectiva y blogs como el tuyo sea lo habitual en las redes.
Besos!!
Poco a poco. Estas cosas tienen que empapar, y llegar a masa crítica para que el cambio social sea definitivo. Así que a seguir criando, hablando y contándolo ;)
EliminarTodo cambio tiene que en su génesis un grupo de pioneros que lo cambian todo. Vosotros, los papás blogueros que conozco, habéis abierto el camino para derribar las barreras, que también las tenéis, no sólo nosotras. Ahora está de moda derribar las barreras femeninas, pero también hay un buen número de hombres que estáis haciendo una labor que ahora algunos critican o ven "ñoños" o "blandos" pero algún día será lo normal. Y que quieres que os diga, lo que muchos hacéis con vuestros blogs es más valiente y "masculino" que seguir en las cavernas. Ojalá muchos más como vosotros, y en un futuro podáis hablar de todo, de sentimientos, crianza o lo que sea que queráis hablar.
ResponderEliminarOjalá. Pero ni pioneros ni ejemplo ni nada. Esto es solo un camino que muchos ya hemos elegido para nuestras propias vidas y las de nuestros hijos. Y así lo hacemos en consecuencia. ;)
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar*Le repito porque había un par de patadas curiosas al diccionario (las prisas xDDDD)
EliminarPlas, plas, las! Quizás no sea un bloguero "estándar" y me ponga a escribir de todo, quizás haya encontrado una linea entorno a la música porque veo que a Manu es lo que le flipa, le tira y empieza a amar. Pero fuera de pantalla, si es cierto que mi vida es bastante #PapáÑoño y en el parque, con amigos hablo de muchas cosas con otros padres y flipan. Flipan, porque no están habituados como dices a hablar de amor, de cariño, de como tirarte al suelo a hacer el tonto con él, y otros temas a veces "encapsulados" en el rol de las Madres. Es como lo siento y como lo expreso. Quizás podría hablar de ello en el blog, pero lo cierto es que con el poquito tiempo que hay disponible y que la vida pasa volando, pues ya veís que es muy "a loco" jaja.
Vivan los #PapáÑoño ❤️
Es genial que tengas charlas así con otros padres. Como dicen los amigos Joaquim, Sem, o Carlos, eso es jugar en la cancha! ;) #DaleGas!
EliminarYo creo que tiene algo que ver eso de lo que hablas llamado tareas invisibles. Además, unido a lo poco dado de hablar de sentimientos de los hombres. Es posible que sea por la educación que hemos tenido, pero creo que poco a poco todo esto está cambiando. Tú estás poniendo un granito de arena con este blog que a mí personalmente me encanta. Y así poco a poco todo cambia. Un besillo.
ResponderEliminarA ver si es verdad que todo va cambiando poco a poco, mejor nos irá a todos, pero sobre todo será un mundo mejor para nuestros niños y niñas. No sé si lo de este blog y otros son granitos de arena, yo lo que escribo es por puro gusto y desahogo.
Eliminar