Yo soy el que tiene prisa. Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya.
Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta. Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta. Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis.
Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos días. Yo soy el que en la puerta de la clase, por fin, os doy ese beso y os pido que lo paséis genial. Cuando ya está todo el trabajo hecho, cuando ya hemos pasado por las prisas, los desesperos, la presión. Y aún así, me devolveis ese beso.
Yo soy el que le da más importancia a la camiseta limpia que al tomate que te chorrea por la barbilla, o al chocolate de tu sonrisa. El que prefiere que el plato esté al menos medio vacío a que estés contento a la mesa conmigo. ¡Seré imbécil! Yo soy el que te pide que te sientes veinte veces, el que pone mala cara porque mojaste el mantel. Y el que te habla con voz de enemigo, de dictador, sin darme cuenta. Yo soy el que no se da cuenta de nada de todo esto, hasta que la Maestra-Jedi me lo enseña.
Yo soy el que no entiende que dormir sin sentirnos junto a ti es más difícil, que cada minuto, cada cuento, cada canción es importante, es calma, es unión. Yo soy el que deja que el cansancio te arrebate eso. Nos lo arrebate. Yo soy el que no ve lo tranquila que duermes después de media hora, una hora, sin dejarme mover de los pies de tu cama. El cansancio me lo arrebata. ¿Y cómo me lo pagáis? Con besos y te quieros.
Yo soy el que olvida estas cosas, el que se las pierde, el que tiene la prisa instalada en la cabeza y la venda de adulto en los ojos de adulto. El que siempre tiene excusas. Por eso necesito apretar los párpados y mirar a la pantalla en blanco. Escribir y darle vueltas a todo esto. Para pensarlas, recordarlas, masticarlas, y caer en los detalles, en las señales, en los motivos. Y que queden aquí por escrito, para que no vuelva a olvidar. Para darme cuenta de lo importante, y de que me equivoco demasiadas veces, que lo estoy haciendo mal.
Deja que llueva, melón. Las pocas tormentas llegan y pasan, y sólo muy de vez en cuando graniza. Tengo que aprender a disfrutar de nuevo de la lluvia, y mojarme con vosotros.
Yo soy el adulto. Yo soy vuestro padre. No es por ti, ni por ti tampoco. El que falla soy yo.
Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta. Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta. Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis.
Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos días. Yo soy el que en la puerta de la clase, por fin, os doy ese beso y os pido que lo paséis genial. Cuando ya está todo el trabajo hecho, cuando ya hemos pasado por las prisas, los desesperos, la presión. Y aún así, me devolveis ese beso.
Yo soy el que le da más importancia a la camiseta limpia que al tomate que te chorrea por la barbilla, o al chocolate de tu sonrisa. El que prefiere que el plato esté al menos medio vacío a que estés contento a la mesa conmigo. ¡Seré imbécil! Yo soy el que te pide que te sientes veinte veces, el que pone mala cara porque mojaste el mantel. Y el que te habla con voz de enemigo, de dictador, sin darme cuenta. Yo soy el que no se da cuenta de nada de todo esto, hasta que la Maestra-Jedi me lo enseña.
Yo soy el que no entiende que dormir sin sentirnos junto a ti es más difícil, que cada minuto, cada cuento, cada canción es importante, es calma, es unión. Yo soy el que deja que el cansancio te arrebate eso. Nos lo arrebate. Yo soy el que no ve lo tranquila que duermes después de media hora, una hora, sin dejarme mover de los pies de tu cama. El cansancio me lo arrebata. ¿Y cómo me lo pagáis? Con besos y te quieros.
Yo soy el que olvida estas cosas, el que se las pierde, el que tiene la prisa instalada en la cabeza y la venda de adulto en los ojos de adulto. El que siempre tiene excusas. Por eso necesito apretar los párpados y mirar a la pantalla en blanco. Escribir y darle vueltas a todo esto. Para pensarlas, recordarlas, masticarlas, y caer en los detalles, en las señales, en los motivos. Y que queden aquí por escrito, para que no vuelva a olvidar. Para darme cuenta de lo importante, y de que me equivoco demasiadas veces, que lo estoy haciendo mal.
Deja que llueva, melón. Las pocas tormentas llegan y pasan, y sólo muy de vez en cuando graniza. Tengo que aprender a disfrutar de nuevo de la lluvia, y mojarme con vosotros.
Yo soy el adulto. Yo soy vuestro padre. No es por ti, ni por ti tampoco. El que falla soy yo.
Uffff me has llegado al alma! No sabes cómo me he identificado contigo. Y me doy cuenta que también muchas veces SOY YO. Gracias una vez más por poner palabras a los sentimientos de muchas padres y madres.
ResponderEliminarLa mayoría de las veces somos nosotros, efectivamente. Maravilloso el post, gracias JM!!
ResponderEliminarSólo llevo unos meses en esta aventura y ya me siento muy identificado con tu post. A veces por mucho que quiera se me olvidan cosas tan sencillas como las que tu bien relatas.
ResponderEliminarGracias por darnos un guantazo a todos para hacernos ver que "No es por ti, ni por ti tampoco. El que falla soy yo."
Que levante la mano quien no haya sentido todo eso con sus hijos...pero todo a la vez...no una, ni dos, ni tres de todo lo que mencionas. Me identifico con cada palabra del texto. Muchísimas gracias, tus palabras ayudan a entender esos días!!! No es por ti, soy yo!!!
ResponderEliminarAayysss!! Qué deprisa vivimos! Qué de prisas!
ResponderEliminarQue manera de clavarlo! Creo que la mayoría subscribiría ese monologo interior! Muy Fan de la Frasaca: "Deja que llueva, melón. Las pocas tormentas llegan y pasan, y sólo muy de vez en cuando graniza. Tengo que aprender a disfrutar de nuevo de la lluvia, y mojarme con vosotros" Ole tu y tus momentos de escritura inspirada!
ResponderEliminarBuffff es q me has dejado sin palabras. Solo te puedo de ir que también YO SOY. Enorme
ResponderEliminarSin palabras!!!! Cuanta razón.
ResponderEliminaryo soy mu pachorra (me lo tomo todo con mucha calma, aunque por dentro sea un saco de nervios) pero hay veces que pierdo una pisquiiiita la enorme paciencia ....y me siento fatal!!
ResponderEliminares justo como tu lo relatas "te empujo levemente por la espalda porque llegamos tarde y luego me siento fatal por ello" "veo como te limpias los mocos en mi espalda (veridico, eso me superó jajjajaja) y me escandalizo hasta hacerte llorar, pero despues te pido perdon porque mis manias no son más importantes que haberte asustado" jejjeje aunque no soy tan elocuente como tu 😊
Cuanta razón tus palabras. Que post más bonito. Más real. Yo tb SOY YO.
ResponderEliminar¡Sublime! Yo creo que reflejas el sentir de cualquier bicho humano con hijos. Además excelentemente redactado. Me has llegado a la patata. 😜😍
ResponderEliminarEn ocasiones se nos nubla el entendimiento.
ResponderEliminarJo, casi se me salta la lagrimilla. Precioso y con toda la razón del mundo. Tantas prisas y tanto estrés que hace falta pararse y apreciar las cosas importantes.
ResponderEliminarNo nos damos cuenta de disfrutar las pequeñas cosas... pero muy buen post, se nota que lo sientes, que lo sentimos.
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente... Puñeteros horarios que rigen nuestro día a día y nos hacen agobiarnos cuando no llegamos a tiempo o llegamos tarde, y pagamos con quien no lo merece y con quien no tiene demasiada conciencia del tiempo. Pero ¿a quien no le ha pasado alguna vez?
ResponderEliminarMuy identificada en muchos aspectos, siempre está bien tener a la pareja para que nos dé ese toque de "eh!, cuidado que te pasas!" Porque vamos como burros sin mirar hacía los lados, de frente de frente y corre que te corre. Buen post
ResponderEliminarUfff parece que estas conmigo viviendo mi vida y has espresado lo que pasa por mi cabeza. Que identificada me siento con tus palabras. Espero poder recordarlo en mas de una ocasion y dejarme mojar bajo la lluvia con mis dos peques sin pensar si cogeran frio, si ahora hay cambiarse de ropa poner otra la lavadora....Muchas gracias por el texto
ResponderEliminarTodos los post que publicas son geniales, pero de verdad, este llega a emocionarme, por que a veces nos agobiamos y no merece la pena, ainssssss!!!.....
ResponderEliminarJM, chapó por este pedazo de post. Besos
Ays me tienes con lagrimillas en los ojos... y es que el día a día nos come, el cansancio se va acumulando en todos estos años, y perdemos la perspectiva de lo que dices, lo realmente importante. Gracias por compartir estos pensamientos y hacernos reflexionar también a quienes te leemos. Un abrazo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, somos nosotros, los adultos, los padres... Ay, qué buen post y qué lagrimones se me caen (afú, las hormonas me tienen achicharrao el cerebro, aunque es que el post es maravilloso). ¡Besicos, moreno!
ResponderEliminarSi es que, JM, eres en este momento la voz de nosotros. Le has dado forma a nuestro día a día de esa manera que sólo tú sabes. Enhorabuena y gracias, gracias por este post.
ResponderEliminarQue lindas palabras, y tan ciertas de pronto se nos olvida lo importante por ser ya adultos....que rápido se nos olvida pensar y ser felices como un niño.
ResponderEliminarMuchas felicidades por tu día ayer (Día del padre, almenos aquí en Méxioc)
Justo hoy... Que he salido gritando de casa por las prisas.....
ResponderEliminarUfff qué razón tienes. Llorando en la consulta estoy.
Muchas gracias
Ay, a veces el ser adultos nos hace olvidar muchas cosas y a veces tratar a los peques como si fuera adultos y contagiarles nuestra prisa, nuestros estrés...
ResponderEliminarOleeeeeeeeeeeeeeeeee, ese Pepe y sus reflexiones. Me encanta. Me siento muy identificada...Tengo que respirar fuerte y contar hasta tres para no pagar mis frustraciones con ellos y dar un grito, que yo me quedo agusto en el momento pero luego me como la cabeza y no me compensa. Qué difícil es criar. Cuando seas padre, comerás huevos. Una verdad, como un templo. Feliz finde
ResponderEliminarA veces tenemos ese petardo metido en el culo y no nos damos cuenta de que ellos tienen su tiempo y que las prisas no son buenas. Yo también pierdo la paciencia y a veces me doy cuenta y pienso... pero que ganas?? Enfadarte??
ResponderEliminarMuy buen post
Guau, me ha gustado mucho. Creo que todos estamos en las mismas. EL ritmo del día a día no impide disfrutar de las pequeñas cosas. Muy buena reflexión e inspiradora.
ResponderEliminarEres tú también el que has tenido la suerte de recapacitar y darte un tiempo para pensar en todos esos detalles que para ellos son tan importantes. Enhorabuena, la mayoría no nos daríamos cuenta y seguiríamos para adelante nuestro camino sin percatarnos.
ResponderEliminarClaro!! Hay que disfrutar de la lluvia...Por suerte los peques siempre nos recuerdan que el ritmo de la vida es diferente y que las cosas que creemos importantes a veces no l son más que otras que se nos pasan por alto!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el artículo. La verdad es que pocas veces nos paramos a disfrutar de las pequeñas cosas, siempre pensamos que "lo importante" está en otros sitios, en la inmediatez, en lo que nos ahorra hacer trabajos pesados y rutinarios como lavar la ropa de nuevo, o yo que sé, mil cosas. La cuestión importante según leo es que sabemos, en el fondo, darnos cuenta de las cosas, aunque algunas veces no las veamos.
ResponderEliminarPrecioso! Cuanta razón. No me salen las palabras, para expresar como me ha llegado al corazón. Pero no es todo tan "malo". Al menos, tú lo ves, tú te das cuenta e intentas, si no rectificar, al menos meditarlo.
ResponderEliminarUn gran post, tienes razón muchas veces no nos damos cuenta. un besazo
ResponderEliminarCuanta razón. Cuantos momentos nos roba el cansancio y la falta de sueño. Gracias por esta reflexión. Mis deberes, leerlo al menos una vez a la semana para recordarlo ;)
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminar¿Me permites compartir este post en mi el Facebook de mi blog? Me has emocionado. No soy padre, pero tengo un sobrino al que quiero con toda mi alma. He sido también hijo. Y tengo amigos que no tienen padres. Por eso valoro tantas cosas, que me parece de aplauso tu post.
ResponderEliminarA veces, no nos damos cuenta de que vamos taaaan de prisa que no somos conscientes de que nos perdemos lo importante y emocionante.
Me encantan tus palabras, tu forma de describir todo.
Tus hijos tienen el papi más molon del mundo. Sigue disfrutando de ellos! :)
Claro, todo tuyo. Cítame y lo busco ;) (https://www.facebook.com/LaParejitaDeGolpe/posts/1638094496230749)
EliminarGracias!
Totalmente de acuerdo. A veces no queda otra que ser el dictador y otras hay que aprovechar para disfrutar a tope de estos peques que crecen demasiado rápido. La autonomía de los peques es importante, pero la tiranía del reloj es difícil de sortear.
ResponderEliminarLeer cosas así da gusto
ResponderEliminar¡Qué bonito! Acabo de leerlo... Qué pena me da que mi marido no le guste meterse en blogs de paternidad... Seguro que se sentiría mucho mejor y más comprendido.
ResponderEliminarCuantas verdades y que bien escritas. Estaría bien tener un pequeño duende que nos tirara de la oreja cuando ocurre; en su ausencia, post como el tuyo nos recuerdan lo importante, gracias
ResponderEliminarComo me identifico en cada una de tus palabras. Gracias por no hacerme sentir tan sola en esta experiencia de madre de gemelos ya adoslecentes
ResponderEliminar¡Genial! Me identifico con cada una de las palabras que hay en tu escrito. Mis hijos ya son mayores, pero he vivido cada momento de prisas como tú. Y sus besos y sus ¡mamá, te quiero!
ResponderEliminarcon esos abrazos que casi te ahogan... ¡son lo mejor del mundo!
Saludos.
Cuando salimos de viaje con nuestros hijos siempre llevamos prisa en el momento de salir. Esto es debido a que no solo nos tenemos que encargar de todo lo que queremos llevar en el viaje, sino que también nos tenemos que preocupar de nosotros mismos y sobre todo de nuestros hijos al viajar con ellos. Tenemos que tener claro todo lo que tenemos que llevar de ellos, sillas de paseo, cuna, canasta, silla de viaje para el coche, etc. Por suerte en internet hay tiendas en las que podemos conseguir todo esto fácilmente.
ResponderEliminarlenceriaascen.com
ResponderEliminarUtilizar ropa interior adecuada al salir de viaje con nuestros hijos es esencial para asegurar comodidad y tranquilidad. Brinda soporte y confort durante las aventuras familiares, permitiendo disfrutar al máximo del viaje.