No es por ti, es por mí...

Yo soy el que tiene prisa . Yo soy el que tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic Tac detrás de los ojos. Yo soy el se pone de los nervios si te pones la camiseta o los zapatos al revés, si no te subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere que estés preparado para salir ya . Yo soy el que se desespera porque tu hermana tarda en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un segundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón por tirarte del pelo al hacerte la coleta . Y en darte un beso para que me perdones, aunque no haga falta . Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que hacer. Lo que necesitáis. Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrarse. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad buenos

Poderes Jedi: La empatía

Desde hace unos días circula un vídeo por las redes sociales que está causando sensación. La enésima estrellita fugaz con sus 15 minutos de gloria, como lo fueron antes el "La que has liao, pollito", y tantos otros. Esta vez se trata de una pequeña, Reagan se llama la criatura, de 2 añitos, que se emociona y llora desconsolada viendo unos dibujos animados sobre un pequeño pingüino perdido. Mientras viaja en coche con su familia, su padre no puede evitar grabarla a verla tan emocionada, casi angustiada, y el resultado es una bomba de ternura.



El caso es que este vídeo me ha recordado algo que nos pasa últimamente con el pequeño Luke, así que hoy voy a hablaros sobre el tema de la empatía. No sé si se trata de un poder de la Fuerza o no. No es que Luke se ponga a lagrimear como Reagan cuando ve algo triste en la tele, pero el padawan es muy expresivo, y desde ya bastante pequeño le llamaba mucho la atención ver a alguien triste. Y le afectaba. Si nos ve serios, pregunta –"¿Estás triste?", con cara de hacer pucheros. E intenta consolarnos. Si ve a alguien llorando –sobre todo a algún niño– en la tele, pregunta, compungido. Se queda pensativo, apenado, como esperando a que pase el problema. No es ira, ni odio, ni miedo. No lleva al Lado Oscuro.

Las últimas semanas hemos notado otra situación que le provocaba esa tristeza, aunque ya se le está pasando. En el colegio tienen algunas horas lectivas en inglés, y una de las actividades es escuchar en casa un CD con canciones infantiles. Los padawanes están acostumbrados a estas cosas –desde los 8 ó 9 meses asisten a un centro Helen Doron de inglés para niños– y es algo que ya solemos hacer. Pero nada más poner el disco del cole, Luke se ponía mohíno y tristón. Creo que es por una de las canciones, que va sobre calabazas, números, y sus estados de ánimo, y que en una estrofa están triste –"One little pumpkin crying, crying..."–, y supongo de harán en clase algún tipo de expresión corporal para enfatizar la lección. La cuestión es que Luke lo recordaba, y le disgustaba. Tras un rato de música y un par de canciones más, se le pasaba y ya contento, seguía bailando y canturreando con su medio acento.

Y es genial verlos consolarse entre ellos, cuando alguno está triste. Se dan cariñitos, y se animan. Lo mismo que cuando, como por arte de magia, llega uno de esos momentos increíbles en los que empiezan a reírse los dos juntos, cada uno del otro. Es espontáneo, pasa por alguna tontería, por accidente. O como cuando estamos en plena batalla campal –o casera– de cosquillas y peleas, jugando con ellos, en manada, y nos irradiamos nuestra felicidad entre todos.
La suerte es que la empatía es un canal de la Fuerza que no discrimina. Para la alegría y la risa, Luke y Leia también son igual de sensibles, y son capaces de echarse a reír como locos en cuestión de segundos, si nos ven felices. La risa y la felicidad también se contagian. Y llevan al Lado Luminoso.

¡Que la Fuerza os acompañe!
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