Cien entradas. Cien desde la primera allá por octubre de 2011,
inaugurando el blog con una ecografía de los pequeños
padawanes. Cien, pasando por la envidia de no
sentir sus movimientos en la barriga de su madre, o la semana terrorífica que pasamos con la
amenaza de parto prematuro a las 32 semanas de embarazo. Cien entradas, pasando por el descubrimiento de eso llamado burocracia, y asombrado por la penosa situación de la
conciliación familiar en este país.
Cien entradas, como la que cambió todo
mi universo, después de ese 3 de diciembre. Cien, pasando por los
primeros miedos, o las primeras
sonrisas y lágrimas. Cien entradas, incluyendo la de mi primer
día del padre. O la de cómo decidí acogerme a una
reducción de jornada y cómo encontramos sorprendidos un poco de rechazo por ello. Cien posts, pasando por los
inicios tecnológicos de los pequeños, o su
primer cumpleaños, celebrado primero con toda la familia y después en
petit comitè.
Cien entradas, contando la de
los recuerdos que me trajo a mi memoria de pez, memoria de padre, la llegada del primo Alonso, o el
atípico segundo día del padre. Cien entradas, desde una en la que rememoraba
cosas perdidas tras la paternidad, hasta la en que la recibía cosas nuevas, como
este blog. Cien entradas, incluyendo el primer
#ViernesDandoLaNota, o el primer
#MiércolesMudo, o el primer
#SábadoDeSensaciones. Cien entradas, pasando por la celebración del Día del Orgullo Friki, con los peques
disfrazados de los auténticos Luke y Leia, o por la reivindicación sobre la conciliación familar y el adjetivo '
padrazo' que aún se empeñan en aplicarnos parte de la gente que nos rodea.
Cien entradas, como la de las primeras risas y
juegos entre hermanos, o la de cuando
Luke empezó a decir '
mamá'. O la que hablaba sobre lo que suponía no haber sentido como la madre las patadas, codazos y cabezazos de los bebés durante el embarazo, un cinturón que habían fabricado los de Huggies para hacérselo sentir a los padres, y
la envidia que me producía. Cien post, contando con los avances de los pequeños
nativos digitales con los cacharros tecnológicos que tenemos por casa, o cómo se divierten y aprenden en el curso/guardería de
inglés para bebés al que asisten cada jueves.
Cien entradas, pasando por
la anárquica rutina tranquila del día a día con los peques, o el experimento de ir escribiendo y actualizando un post,
minuto a minuto, relatando
en tiempo real una jornada completa al cargo de los peques, mañana, tarde y noche. O también por las nuevas camisetas que nuestra amiga
Rocío de Ilustradero nos preparó para el verano, o los
geniales amigurumis que nos regaló la gran Vanesa, de MisLaboresYPunto. Cien entradas, desde el
primer baño del verano, hasta el
regreso a casa tras el mes en la playa, pasando por las nuevas costumbres y
vicios veraniegos.
Cien entradas, como la de mi
confesión.
Cien entradas, como la que relata las
aventuras en Londres de los dos enanos y su primer viaje en avión, pasando por la del cambio
de cunas a camas, que aún estamos sufriendo, o la de cómo este cambio nos está llevando a pasar
momentos agotadores, aún haciendo lo posible por relajarnos. Cien entradas como la del lado negativo de todos estos cambios,
el lado oscuro, o cómo no van a ser siempre post alegres y divertidos...
Cien entradas. Vamos a por la ciento uno...
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