Hoy mis pequeños
padawanes han cumplido 10 meses. Y ya dominan los secretos básicos de la Fuerza: energía desbordante, gateo descontrolado en grupo o por libre, mordisqueo de mandos a distancia, gafas, móviles o cualquier otro aparato doméstico que puedan agarrar con sus manos, equilibrio básico de pie con punto de apoyo, parloteo, risas, y conversación críptica,... ¿He nombrado ya la energía inagotable?
Desde hace semanas
Luke ya se mantiene en pie apoyado en algún mueble, se levanta y se sienta él solo, gatea. Ya hay que estar pendiente de él a todas horas, porque puede meterse en cualquier rincón de la casa y
liarla parda.
Leia no se queda atrás. De hecho, es mas lanzada, y se atreve con todo. Hace intentos de soltarse cuando está de pie apoyada en algo, y mantener el equilibrio. Y de los dos es la que se atrevió antes a curiosear por el pasillo oscuro y descubrir el resto de la casa por sí misma. Encima están empezando a trabajar en equipo. Van juntos por el pasillo, se me cuelan en la cocina, se persiguen por el salón y se buscan. Incluso se llaman, manoteando y gritando entre risas. Y así todo el rato...
Ya no queda aparato a salvo en el piso. Ahora estoy empezando a acostumbrarme a cerrar siempre todas las puertas. Son grandes exploradores, todo es un misterio por descubrir, y todo lo quieren agarrar, y si pueden, llevárselo a la boca. Es increíble cómo controlan ya sus manos, cómo agarran, cómo pulsan botones y pantallas con un dedo, como se tocan entre ellos y se intercambian los chupetes y los juguetes... Inagotable. Energía inagotable.
Pero lo que realmente disfruta uno es cómo están empezando a comunicarse. Ya no son aquellos
muñecos. Aún no pasan del
ta-ta-ta,
ma-ma-ma,
pa-pa-pa, pero es como si ya empezaran a entendernos un poco, y a intentar hacerse entender. Piden, llaman, atienden a sus nombres, disfrutan de la música y las canciones. Hoy
Leia me ha devuelto el móvil de su madre al decir "¿Me lo das?" con la mano extendida. Es la primera vez que me lo hace.
Y sobre todo se ríen. Basta jugar a escondernos tras la puerta o con una sábana, hacerles caras, y ya se están riendo a carcajadas. Incluso hay ocasiones en las que jugando entre ellos, gateando juntos,
Luke se parte literalmente de risa viendo a su hermana (cuando sus incipientes primeros dientes no lo tienen de mal humor, claro).
Cuando yo llego a casa por la noche por norma general ellos ya están acostados, pero a mediodía, cuando llega su madre, si están contentos después de haber comido y aún no los he puesto a echar la siesta, es un espectáculo ver el recibimiento que le dan. Si no están demasiado entretenidos jugando o comiendo, le echan los brazos, se les ilumina la sonrisa, a veces se ríen, otras chillan, otras lloran para llamar su atención.
Son ya 10 meses. Se me han pasado volando, viviendo fase a fase, desde que eran recién nacidos, muñecos, hasta ahora que empiezan a explorar incansables y la interactuar con todos y con todo. Y la Fuerza les acompaña. Tienen una energía inagotable.
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