Los "
terribles dos años" ya están asentados en casa de los
padawanes. Es una de las
fases por las que todo pequeño tiene que pasar, y durante la que aprenden y asimilan muchos conceptos y desarrollan buena parte de su conducta. Tienen que aprender la idea de la
propiedad, tanto suya como de los demás, y la de
compartir. Y la de la
generosidad. Hace poco tiempo, el pequeño
Luke ha sido tentado por el
Reverso Tenebroso de la Fuerza. Ha empezado a usar la palabra '
mío'.
Llegó de
sopetón. Ya había tenido
berrinches y
rabietas, por las causas más peregrinas. Por intentar ponerle el chaquetón para salir a la calle, por intentar quitárselo más tarde, por que no quedaran galletas o patatas fritas, por tener
sueño, por despertarse... Y por supuesto también por querer el
juguete que tuviera su hermana u otro niño en ese momento, o que alguien
le quitara lo que tuviera en las manos, pero aunque hubiera saltado la espoleta por este motivo, nunca había montado el espectáculo al grito de "
¡Mío! ¡Mío!". Y de repente, un día empezó a decirlo.
«La fortaleza de un Jedi fluye de la Fuerza. Pero cuidado con el Lado Oscuro: Ira, temor, agresión; de la Fuerza del lado oscuro son. Fácil fluyen rápidos a unirse en el combate. Si una vez tomas el sendero del Lado Oscuro para siempre dominará tu destino. Consumirá tu voluntad, como lo hizo el alumno de Obi-Wan.»
―Yoda, en Star Wars Ep.V: El Imperio Contraataca.
Leo allá donde busque que es una actitud
comprensible y necesaria para su
desarrollo, una etapa de
egocentrismo en la que ya conoce sus deseos e intenta satisfacerlos, y sus posesiones son parte de él, y le proporcionan esa diversión y ese placer. Todavía no es
consciente de que los juguetes y otras '
posesiones' son objetos externos, que también pueden ser posesiones de otros niños. La pequeña
Leia también ha tenido algún episodio del
Lado Oscuro. Necesitarán los dos tiempo para
asimilarlo y comprenderlo, y poco a poco aprender los
valores de la generosidad y la necesidad de compartir.
Cuando interactúan entre ellos, suele ocurrir que ambos quieren el mismo libro, el mismo muñeco o la misma pieza de construcciones. La conducta normal suele ser
pacífica, como buenos aprendices de
Jedi, y uno de los dos cede, de mala o de buena gana. Realmente se llevan muy bien entre ellos, y saben identificar algunas de las cosas de cada uno. En estas ocasiones, siempre
alentamos el gesto, felicitando las buenas actitudes y reforzando la
conducta positiva. Les guiamos por el camino hacia el
Lado Luminoso. La parte negativa es que a veces, por evitar o reprender una conducta negativa o una rabieta, son los dos los que salen perjudicados.
«La Fuerza es lo que le da al Jedi su poder. Es un campo de energía creado por todas las cosas vivientes. Nos rodea, nos penetra, y mantiene unida la Galaxia.»
―Obi-Wan Kenobi, en Star Wars Ep.IV: Una Nueva Esperanza.
Otra forma es predicar con el
ejemplo, participando en los juegos y intercambiado juguetes con ellos. De quien más van a aprender es de nosotros. Siempre. Y como siempre, nuestra mejor arma como
Maestros Jedi es la empatía, y sobre todo, la
paciencia. Y evitar caer también nosotros en el
Lado Oscuro, y que la
Fuerza nos acompañe.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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