Tenemos mucha
suerte. Muchísima. Los
padawanes tienen 25 meses (y pico), y hace ya tiempo que sabemos lo que son los
berrinches, estamos familiarizados con ellos, aunque tengo que confesar que menos de lo que esperaba, la verdad. Y eso que la probabilidad de que se desate la
furia por disputarse el mismo juguete o reclamar
atención es mayor cuando son dos los pequeños en casa que han entrado en los
Terribles Dos Años. Los berrinches por ahora son, casi siempre,
controlables.
Las
causas de los berrinches suelen ser variadas, e inesperadas, pero hay algunas situaciones que nos conducen irremediablemente a un buen rato de pataletas y
llantos. Uno de los usuales es el de la siesta interrumpida. Si coincide que duermen tras la comida, y tenemos alguna actividad por la que tengamos que
despertarlos, el berrinche puede durar media tarde –sobre todo a
Luke–. Otra situación peligrosa es la contraria, cuando están que se caen de sueño pero
no quieren dormir, quieren seguir con la fiesta –sobre todo a
Leia–. O cuando tienen hambre y aún no está la comida, o es temprano para comer. O cuando a alguno se le antoja jugar con lo que tenga el hermano en ese momento, y empieza un tira y afloja de empujones y
agarrones que acaba en llanto seguro. En fin, qué os voy a contar...
El caso es que tenemos mucha suerte. Muchísima. Como os he comentado, los berrinches no son tan
habituales como me temía en un principio –y espero que se mantenga así–. Pero lo que verdaderamente es una bendición es que parece que se
turnaran para montarnos las pataletas. Hace poco leí un artículo en
SomosMúltiples sobre algo llamado
Twin Escalation Syndrome, o Síndrome de Intensificación Gemelar, donde comentaban la tendencia que tienen mellizos y múltiples en general, a imitar e
intensificar el comportamiento de uno de los hermanos como respuesta a su conducta, retroalimentándola y generando una dinámica problemática.
Supongo que esto se da en cualquier
familia con varios hijos de edad parecida, no necesariamente múltiples. En nuestro caso, al menos
por el momento, no ocurre tanto así. Cuando el pequeño
Luke tiene un mal día o se
frustra por algo,
Leia parece darnos un respiro y no contribuye al berrinche. Al contrario, hay ocasiones en las que intenta calmar y
consolar a su hermano, y suelta un
"JavierLuke, no llores...", y le hace
cariñitos y acaricia la cabeza.
Ternura en estado puro (¡qué bien quedaría aquí un emoticono o un
meme!).
Y el caso contrario también ocurre.
Leia tiene su
carácter, y suele ponerse como una pequeña energúmena en alguna que otra ocasión, como cuando le controlamos el uso del
móvil o del iPad para ver sus dibujos o jugar, por ejemplo.
Luke no muestra tanto interés es los
gadgets, y contribuye a calmar a su hermana con su
buen humor. El pequeño suele darle
abrazos e intenta besarla de vez en cuando (otro
meme babeante aquí).
Ampliando la escala, lo mismo nos ocurre con las
malas rachas. Cuando la niña está pasando por unos días más problemáticos, y está más quisquillosa y da más
guerra, su hermano parece portarse
estupendamente. Y al contrario. Hasta parece que se alternaran para tener épocas de
malas noches y sueños alterados. Es un alivio que no
ataquen los dos al mismo tiempo y se turnen para montarnos estos duelos de sables láser y el poder de
La Fuerza. Dos contra uno es ya muy complicado como para resistirse al
Reverso Tenebroso.
Así que creo que sí, que tenemos mucha suerte.
Muchísima. Nada puede evitarnos tener que lidiar con los berrinches ni con los
Terribles Dos Años, pero parece que por el momento el Síndrome de Intensificación Gemelar no va a mayores. Nuestros
padawanes parece que intentaran ponérnoslo un poco más
fácil. Tenemos muchísima suerte.
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