Hace poco me comentó un amigo que sólo contaba en el blog las cosas buenas que nos pasaban, siempre todo bonito, perfecto y de color de rosa. Pues hoy toca hablar del Lado Oscuro.
«El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti."
―Yoda a Anakin Skywalker, en Star Wars, Episodio I: La Amenaza Fantasma.
El mes pasado comenzamos la
Operación Cama, y aún sigue dando coletazos. Está siendo una etapa dura, tras un verano genial. Estando de vacaciones, con escapadas a la playa o a la piscina, la
aventura en Londres, visitas a la familia, y todo lo que supone tener más tiempo libre, el asunto era más llevadero. Pero el
síndrome post-vacacional tiene pinta de darnos aún dolores de cabeza. Y mucho sueño atrasado.
Resulta de el pequeño Luke no está muy conforme con eso de dormir en su propia cama. Leia, desde el día que montamos sus camas, no ha dado ningún problema, tal como acostumbraba a hacer desde hace mucho tiempo. La dejamos tranquila, en la cama, y se conforma, se tumba, y salvo algún despertar por el calor o pidiendo abua, duerme toda la noche. Ni siquiera se despierta o sobresalta cuando llora su hermano. Campeona.
El show de Luke empieza nada mas terminar de cenar y llevarlo a dormir. Ya comienzan las protestas y los llantos. Es como si tuviera pánico a que le dejemos solo. Hay que quedarse con él un rato, contarle algo, cantarle, relajarlo y esperar a que se quede dormido tras el berrinche. Si nos vamos, empieza de nuevo la llantera. Le da miedo no vernos junto a él. Y aún así, siempre se despierta sobresaltado varias veces en mitad de la noche, y hay que volver a empezar.
No soportamos la idea de dejarlo llorar hasta que se quede dormido solo, pero tampoco queremos tener que dormirlo con nosotros o acunarlo cada noche, eternizando la dependencia que ya tiene. Sabemos que así no se soluciona el problema, pero por el momento no sabemos qué hacer para evitar esta situación. Salvo tener toda la paciencia y toda la empatía del mundo. Y a veces no lo conseguimos. El cansancio y la falta de sueño no nos mantiene en nuestras mejores condiciones. Sabemos quien más y quien menos casi todos los padres han pasado y pasan por esto, no es nada extraordinario. Pero el mal de muchos no nos consuela.
Lo malo, lo agobiante, es que cada noche nos acostamos, no ya con miedo a que se repita, sino pensando en cuántas veces se va a repetir esta vez. Una sensación desesperante, horrible, y que te agota tanto o más que la falta de sueño. Y ya van muchas noches sin descansar. A ver si poco a poco con el paso de los días va mejorando. Ahora la madre ha terminado sus vacaciones y vuelve a madrugar, y necesitamos todas las energías cargadas, ella por la tarde, y yo por las mañanas. Que la Fuerza nos acompañe...
No todo es bonito, perfecto, de color de rosa, en casa de los pequeños padawanes. El Lado Oscuro.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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